La palabra sostenibilidad cada vez tiene más fuerza y se pronuncia con mayor firmeza. Está en las agendas políticas, pero también en nuestras conversaciones diarias, tomando mayor relevancia en nuestras vidas, y también en el mundo de los eventos.
Cada vez escuchamos más acerca de bodas “eco responsables”, o eventos corporativos donde los valores responsables de la empresa quieren transmitirse a su audiencia de manera incansable y en todos los detalles de un acto institucional.
La sostenibilidad se extiende más allá de la percepción y trata de alinear objetivos vitales y empresariales con la comunicación, las dinámicas y los procesos internos, los materiales y la capacidad de traducir las buenas prácticas en una realidad.
A veces se confunden acciones puntuales, como el envío de invitaciones con papel ecológico, con los eventos puramente sostenibles, ecológicos o responsables, que son aquellos en los que se pone en consideración la contaminación, así como el ahorro en términos de reutilización y gestión de residuos, entre otros.
En los eventos sostenibles, el objetivo final siempre persigue la reducción del impacto de su celebración, intentando construir una experiencia satisfactoria para sus asistentes sin comprometer o dañar el planeta, así como contemplando y aprovechando los recursos del espacio utilizado.
Si una cosa está clara, es que la conciencia sostenible está en tendencia, y poner esos valores en el centro es el primer paso para lograr una conversión real de los objetivos, tanto en el día a día, como en fechas señaladas y días importantes.
